Carlos Horacio Gushiken

Carlos Horacio Gushiken

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Carlos Horacio Gushiken

Argentina

Florencio Varela

Era de ascendencia japonesa

“Las historias de Carlos Horacio Gushiken y Julio Eduardo Gushiken son las dos únicas que hasta la fecha permiten vislumbrar con una mirada distinta los 17 casos de los nikkei desaparecidos en la Argentina. Los restos de Carlos Horacio fueron encontrados en 2002, enterrado como NN en el cementerio Parque de Mar del Plata, y el de Julio Eduardo, algunos años después en el transcurso de 2015, en el centro clandestino de detención conocido como El Banco, en las proximidades de la Autopista Riccheri. En ambas situaciones la identificación pudo realizarse gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Las familias de Carlos Horacio y Julio Eduardo vivían en la zona sur del Gran Buenos Aires, en el municipio de Florencio Varela, y la primera se dedicaba al cultivo de las flores mientras la segunda a la plantación de frutas y verduras. Si bien no había un lazo familiar directo entre ellos, ambos jóvenes  cursaron el colegio secundario en el Santa Lucía de Florencio Varela (de donde egresaron 10 estudiantes que hoy permanecen desaparecidos) y militaban políticamente en el PCML (Partido Comunista Marxista Leninista). De ninguno de los dos se tienen datos precisos de la fecha y el momento de la desaparición. Pero sí se sabe que el PCML fue víctima de una acción conjunta de las fuerzas de seguridad que se inició el 6 de diciembre de 1997—en todo el país—y a la que se llamó Operativo Escoba, cuyo único objetivo fue eliminar a todos sus miembros.

Mientras sea un desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido. No tiene entidad. No está, ni muerto ni vivo. Está desaparecido”, decía quien entonces se encontraba en el poder, el dictador Jorge Rafael Videla. La “aparición” de los restos de Carlos Horacio y Julio Eduardo, sin embargo, re-significa el valor de la búsqueda. Según Carlos Somigliana, del EAAF, la desaparición impide a un familiar iniciar un duelo posible de la tragedia vivida. Y además agregó “identificar sigue siendo una cuestión excepcional y la revelación de un caso ilumina la posibilidad de otros casos”.

http://www.discovernikkei.org/es/journal/2016/8/15/japos-aparecidos/

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